REVENTA: ETERNA PASIÓN, ETERNO PROBLEMA
Hoy la cosa es diferente. Una de las ventajas que tengo al laborar cerca del Estadio Nacional es mirar, especialmente los días cercanos a un evento importante, el gran número de personas que llegan a ofrecer boletos a precios exorbitantes.
Pero, ¿será esto culpa de ellos? o ¿a este problema no se le ha dado la importancia ni la ocupación debida para erradicarlo?
El partido contra Estados Unidos, que se llevo a acabo en situaciones inhumanas hace algunos meses, prendió la pasión de la gran mayoría de costarricenses que disfrutamos del fútbol, como deporte rey de nuestro país.
Este ha sido el motivo por el cual la relación afición-selección tomó una fuerza que no se sentía desde hace 11 años, después de las existosa eliminatoria donde la Selección Nacional clasificó al mundial de Corea y Japón como líder de la hexagonal que se realiza en Concacaf.
El fútbol enciende pasiones y hoy estamos muy cerca de volver a una copa del mundo, la número cuatro dentro del palmarés de participaciones en estos eventos a nivel mayor, lo que provoca que la algarabía y alegría de las personas sea extrema.
Así como ha crecido ese ánimo en el costarricense, así ha crecido el número de personas que compran entradas de forma "mágica" y las revenden a las afueras del estadio en precios anormales, con el fín de recuperar la inversión y tener una ganancia redonda.
¿Se puede evitar esto? ¿Existe alguna forma de erradicar la reventa?
No es un problema nuevo como mencionaba anteriormente, pero si se puede erradicar.
Como consumidores tenemos el derecho de evitar caer en la tentación de gastar más por algo que buscábamos en el precio justo.
Seré sincero, alguna vez compre reventa, principalmente para los clásicos, pero son contadas con los dedos de la mano las veces que me dejé llevar por el dulce aroma de la reventa.
Podríamos hablar de erradicar la venta ilegal de entradas por medio de las leyes, como penalizar la acción como tal, tanto del que vende la entrada sin seguir los controles y filtros que utilizan las empresas que ofrecen los boletos, como la persona que se "estaciona" afuera del estadio a revenderla.
Recordemos que un revendedor se convierte en un vendedor ambulante sin permiso, igual que un taxista pirata, que no tiene el aval para realizar las labores de transporte público bajo un marco legal.
Es increíble leer la nota que saco Al Día sobre un sujeto que logro obtener 500 entradas de todas las localidades, para luego revernderlas en el precio que según él, puede escoger como le plazca.
Esto es inaudito, pero es peor el hecho de saber que alguno de nosotros llegará a las afueras del estado a comprarle a este hombre una entrada, que tal vez su valor original era de 10 mil colones y la conseguirá en un precio superior a las 60 mil colones. ¿Es pasión o es idiotez?
Si queremos erradicar de alguna forma la reventa, tenemos dos opciones: esperar a que alguna persona, ya sea diputado o dirigente o empresario, tome la iniciativa y proponga un proyecto para vetar y sancionar esta actividad, que lo veo muy remoto, por lo menos ahora. O tener conciencia y no caer el las garras de esta red corrupta que lo único que hace es promover aún más el consumismo extremo y sin medida y gastar casi 100 mil colones por un espacio por dos horas.
Es cierto, el fútbol es pasión, pero no suena mejor hacer alguna actividad en la casa con esa plata que usted o yo pensábamos gastar por una entrada en reventa, comprar cosas para picar, carnita asada y demás y saber que cuando termine el partido usted podrá seguir celebrando, sin tener que salir o mojarse?
Usted como persona inteligente puede tomar la decisión. Yo por lo menos ya lo hice y así contribuyo a elminar de una vez por todas la reventa, que mucho daño le hace a los espectáculos públicos. Claro a nosotros los consumidores, porque los empresarios mientras vendan, de ellos no es el problema.
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