¿Qué puedo hacer con 40 mil colones?

Usted querido lector, con el costo de la entrada de sol en el Estadio Nacional de 40 mil colones para observar el partido ante Brasil, seguro hizo una carnita asada con sus amigos, fue a su bar de preferencia y simplemente los ahorro para algún proyecto en particular.

Pues bien, yo le digo que con 40 mil colones, logre hacer mas que sentarme en una butaca numerada en la gradería sur del coloso de la Sabana.

Después de bajarme del tren que me dejo cerca del estadio, empece mi caminata a buscar el lugar que indicaba la entrada que me tocaría para ver el juego.

Luego de pasar la zona de inspección y revisión, busque el asiento que indicaba mi entrada. Luego de un par de vueltas, un acomodador, me indico el lugar donde me tenia que sentar. Estaba mojado, por lo que procedia a utilizar mi parte trasera para secar el asiento.

En ese momento mire el reloj y eran las 7 con 35 minutos, por lo que decidí ir a la zona de platea, cerca del bloque A donde se ubica una de las zonas de prensa, para buscar a dos amigos que estaban acreditados para cubrir el partido para el medio en que trabajan.

Fue un camino largo, pero en ningún momento encontré un obstáculo para pasar de la gradería sur a platea oeste. Primer detalle al cual hago referencia de forma importante, ya que al entrar al Estadio Nacional, no existe ninguna restricción, como si la hay en otros estadios.

Camine, pase por la plazoleta principal, subí de nuevo las gradas y ubique la zona de prensa A y logre saludar a mis colegas (soy periodista) sin ningún problema.

Luego de eso, el hambre se apodero de mi y decidí ir a buscar un puesto para comprar algo de comer, por lo que me regrese a la gradería de sol y en la parte donde estaban los kioskos, note que existía otro lugar para observar el partido, sin ninguna restricción. Tomen apunte si les gustaría probarlo para otros partidos.

Compre mi alimento, me lo comí con toda tranquilidad y vi que unas partes de platea no se llenaron, por lo que aprovechando la aventura que tuve de ir a cualquier lado sin ningún problema, vi los primeros 16 minutos del partido en platea este.

Vi desde ahí que en la otra platea la situación era la misma, por lo que decidí ir a sentarme al otro lado del estadio y logre llegar, obvio, sin problema alguno.

Entre a la gradería de platea, que en venta tenia un costo de 95 mil colones y un acomodador se me quedo viendo y le dije "tranquilo, ya se donde me toca", esto para que no viera mi entrada.

Vi todo lo que restaba del primer tiempo en la butaca que tenia el mismo numero que tenia la de mi entrada, en la misma linea, pero en diferente gradería.

Mientras observaba el juego, vi a un grupo grande de personas que practican capoeira y a quienes vacilaron un buen rato dejándolos sentar en esa zona donde no había público y luego sacándolos de ahí.

Termino el primer tiempo, fui por un refresco (porque en el kiosko los vendían a mil colones, mientras que el vendedor que anda por las graderías lo vendía a 2 mil) y cuando regrese, vi a un señor de avanzada edad, discutiendo con unas personas que querían sentarse en la parte donde yo estaba y él no dejo, porque su tiquete no indicaba que ese era el lugar que les tocaba.

Decidí entonces irme a la zona de prensa a buscar a mis compas y me queda "campaneado" ahí, cuando uno de ellos me dijo, pónganse aqui y consiga una silla, la que no encontré y vi toda la segunda parte ahí, sin ningún problema.

En ese instante vi que los encargados de prensa de la Fedefutbol estaban repartiendo los refrigerios que dan durante los 15 minutos de descanso entre los tiempos del partido y note que una de ellas era una conocida de la universidad en la que trabajo. De forma simulada le dije que lo mantuviera en secreto.

De rodillas, porque no conseguí silla, ella me saludo y muy amablemente me coloco un refrigerio, el cual disfrute porque estaba muy rico.

En fin, puedo decir que los 40 mil colones que costaba la entrada, les saque provecho de la mejor manera. Es interesante que todavía el Estadio Nacional le quede ENORME a las empresas que lo utilizan para las diferentes actividades.

No existen restricciones de ningún tipo entre graderías, lo que permite que si en alguna de ellas hay campos, se pueda acceder a ellos sin ningún problema.

Aquí les dejo la inquietud y espero que el algún momento vivan la experiencia que yo viví esta vez.

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